La música tiene la magia de hacernos cambiar el estado
emocional. Pensemos….por qué ocurre esto? Los científicos nos explican que las
melodías provocan un efecto positivo en nosotros, la música nos hace liberar
endorfinas que estimulan los centros de placer del cerebro, creando un estado
de satisfacción. Hay estudios que demuestran que la música tiene otros efectos:
-reduce la ansiedad,
-mejora los estados depresivos,
-favorece la relajación y el sueño,
-facilita la concentración,
Como papás tenemos que tener en cuenta que nuestros hijos deben
tener la posibilidad de elegir el ritmo que quieran escuchar en cada ocasión y
que puedan descubrir que la música los acompaña en la tristeza o el enojo. Los
sonidos de las distintas canciones que escuchan los chicos los transportan a
distintas situaciones vividas, lugares visitados, personas, encuentros.
A partir de la adolescencia la música ocupa un lugar fundamental,
a lo largo de nuestras vidas nos acompaña en momentos difíciles, serios,
alegres, tristes, de meditación y de armonía. Hoy en día, hay distintos tipos
de melodías que sirven para relajarse o para conciliar el sueño, y hasta para
estudiar y concentrarse. La idea es que nuestros chicos puedan crear un
“botiquín musical”, donde puedan elegir según sus necesidades.
Podemos decir que la música nos acompaña en la vida como seres
humanos. A nosotros como papás, a nuestros adolescentes como hijos, a nosotros
como docentes, a ellos como alumnos, a nosotros como amigos.
Karina Aranda y Silvina Alba.
Entrenadoras de Vida.
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