Vivimos en un mundo regido por la tecnología y la economía, un mundo
que se mueve cada ves más rápido debido al ritmo de vida, que nos llena
de horarios, obligaciones y ocupaciones que a veces nos abruman. Las
preocupaciones invaden nuestras cabezas y crece en lo más profundo de
nuestro ser una imperiosa necesidad de querer cambiar el mundo, pero
realmente no sabemos por donde comenzar. No es raro este sentimiento, a
todos nos pasa porque somos una sociedad sedienta de paz. Ya por el solo
hecho de sentir esta sensación somos constructores de la paz, la anhelamos y la buscamos por todos los rincones aunque a veces se nos pierda en el barullo del día a día.
Propongo que paremos un instante...miremos a nuestro alrededor...¿nos relacionamos con personas relajadas, felices, que transmiten paz?, es más...transmitimos nosotros esa sensación a nuestros amigos, a nuestra familia, a nuestros seres queridos?...Si la respuesta es no, bueno, es necesario que veamos la cultura de paz como una oportunidad, un beneficio, una oportunidad, un ahorro de recursos y energía, un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dignidad. ¡¡¡La paz no solo se puede encontrar, sino que también se puede transmitir!!!
Propongo que paremos un instante...miremos a nuestro alrededor...¿nos relacionamos con personas relajadas, felices, que transmiten paz?, es más...transmitimos nosotros esa sensación a nuestros amigos, a nuestra familia, a nuestros seres queridos?...Si la respuesta es no, bueno, es necesario que veamos la cultura de paz como una oportunidad, un beneficio, una oportunidad, un ahorro de recursos y energía, un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dignidad. ¡¡¡La paz no solo se puede encontrar, sino que también se puede transmitir!!!
Karina Daniela Aranda.
Entrenadora de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario